Este tema surgió de la decepción del autor ante el estancamiento económico y la crisis moral y política que viene padeciendo la Argentina. Esta crisis periódicamente llena los consulados extranjeros de candidatos a emigrar físicamente, y hace plantearse a muchos la factibilidad de la emigración virtual.

¿Cansado de pagar impuestos apropiados para Suecia y recibir beneficios sociales acordes a Etiopía ? ¿Harto de escuchar a los parientes contar las mismas historias año tras año en todos los eventos familiares? ¿Hastiado de nuestra pintoresca farándula política? ¿Aburrido de la charla insulsa de los vecinos y compañeros de trabajo?

Tengo la solución para Ud.: múdese a la República de Lomar, al Principado de Orange, al Principado de Fredonia, a la República de las Conchas, al Gran Ducado de Haren o al Imperio de Identidem. No le gusta moverse de su silla ? No lo haga: son países virtuales. (micronations, microstates, nationettes).

En este momento los países virtuales son tan numerosos como para tener su propia categoría en Yahoo!, su propio grupo de noticias (alt.talk.hypothetical), su propia compilación de himnos (Micronations National Anthems) , y su propia compilación de URLs (United Micronations ). Por lo tanto, hay para elegir. Y si a Ud. no le gusta ninguno, puede fundar el propio.

Más allá del espíritu lúdico que anima a muchos de sus creadores, hay algunas micronaciones que son un serio ejercicio de práctica jurídica, política y legislativa. Muchas son utopías seriamente encaradas, al estilo de las especulaciones literarias de Moro, Julio Verne o Jonathan Swift. Los nombres reflejan en algunos casos un capricho del creador, y otros traslucen valores fundamentales (Freedonia, por libertad) o geografía (Reino de Araucania y Patagonia ; Estado Secesionista de Texas).

Pero el aspecto más interesante, y lo que justifica la inclusión en mi serie de notas, es el cibernegocio que podrían constituir a corto plazo.

En alguna nota anterior arriesgué que usar la Internet para vender pornografía, software pirata, libros o CDs piratas, o juegos de azar puede no ser ilegal, si uno constituye la empresa en un país que no prohiba estas actividades. Y más aún, radicando la empresa en un país donde NO SE PAGUEN IMPUESTOS, estas actividades, o cualquier otra, pueden aumentar drásticamente su rentabilidad. Por ejemplo, Anguilla (http://www.aibs.com.ai) ofrece ausencia de impuesto a las ganancias, de impuestos corporativos, de impuesto a las ventas, e invita a los empresarios a radicarse en dicho país no-virtual. Existen varios paraísos fiscales, al estilo Bahamas, donde residen la mayoría de las empresas que se dedican a juegos de azar en línea.

Aún no está muy legislado el tema del pago de impuestos para las ventas por INTERNET. Muchos países o estados están tentados de cobrarlos, pero se crea un obstáculo al comercio electrónico y surgen dificultades para controlar dichas operaciones.

Cuando el comercio electrónico haya entrado en su fase de madurez, los países virtuales serán un gran negocio, porque podrán crear una red de personas con ideas afines, ubicadas en todo el mundo, que decidan comprarse preferencialmente entre ellos, y cobrar "impuestos" para el fisco de Fredonia, Orange, Lomar o Sergiolandia. Si los países logran el estatus de países reales, los impuestos podrán reemplazar a los pagados a los fiscos locales. No me pregunten que opina el ministro de Economía de esta idea...

Qué pasará cuando además del comercio electrónico, estén maduros tecnológicamente el videochateo, la teleconferencia 3D, la realidad virtual y el sexo virtual ? La gente pasará la mayor parte de su tiempo con sus conciudadanos virtuales, y no los reales. Leerá el periódico virtual del país en que vive, y ya no tendrá tema de conversación para con sus vecinos reales.

Estos países virtuales podrían poner en práctica políticas morales, ideológicas, sociales y religiosas (o mejor aún, a-rreligiosas) que hoy son casi utópicas. Podrían eventualmente negociar la toma del poder en un estado real, obtener el reconocimiento de las Naciones Unidas para algún territorio disponible, o funcionar virtualmente con tanta eficiencia que no haga falta la territorialidad. También podrían organizar reuniones físicas periódicas para sus ciudadanos, o facilitar que estos contacten entre sí a través de una buena base de datos donde figuren domicilios y viajes planeados de cada uno.

A los conciudadanos de alguno de estos países utópicos, donde estén vivos el idealismo, la solidaridad, el deseo de justicia, los derechos humanos, el internacionalismo y algunos otros valores que son virtuales en nuestros países latinoamericanos reales, les mando un afectuoso saludo y mis deseos de un feliz 99.

LINKS

·         Guía de Microestados: http://www.microstate.net/cgi-win/mstatead.exe?modelstates
·         http://laputa.de/   República de Laputa, con perdón de la palabra.